Nuestra apasionante historia cobra vida en la majestuosa Serranía de los Yariguíes, un rincón mágico que se encuentra en Contratación Santander, una joya de villa que responde cariñosamente al nombre de «Contrata». Aquí, en este escenario pintado por la naturaleza misma, las casas no tienen jardines ni patios, sino que tenemos «Cafetales». ¡Sí, has leído bien! Estamos profundamente conmovidos al descubrir que somos Historia Café en todos los sentidos, pues esta maravillosa tradición late en nuestras venas y se respira con cada aliento que damos en nuestros hogares.
Hace casi tres décadas, en una época en la que el tiempo era medido por el crecimiento de nuestras plantas de café, Doña Elena y Don Gerardo junto a su amada familia y entrañables amigos, se aventuraron en el mundo cautivador del café. Cada surco que labraron en la tierra, cada semilla que sembraron con esperanza, fue un acto de amor dedicado a sus sueños. Anhelaban contemplar sus cultivos convertirse en un espectáculo de flores vibrantes y hojas exuberantes, un testimonio vivo de su compromiso con la excelencia.
En el palpitar constante y apasionado de sus esfuerzos, descubrieron la verdad arraigada: que toda dedicación inquebrantable, toda disciplina incesante, da sus frutos en el momento preciso. Cada gota de sudor derramada a lo largo de los años ha culminado en una cosecha de calidad incomparable, un legado que nos inspira a dar el salto audaz: llevar el café tostado directamente a tu taza, para que puedas disfrutarlo en la comodidad de tu hogar.
Y así fue como el 24 de Enero de 2021, nació Amanecer de la Montaña, un sueño compartido entre los miembros de una familia unida por su amor al café. Esta pasión ardiente nos impulsa a compartir con el mundo el aroma cautivador y el sabor inigualable del café especial. Amaneceres mágicos esperan en Contratación, especialmente en el resplandor temprano de las 5:30 a.m., cuando los primeros rayos del sol asoman tímidamente tras las majestuosas montañas, particularmente tras la silueta imponente del Cerro de María Auxiliadora. ¿Puedes siquiera imaginar la maravilla de despertar para ser testigo de esta obra maestra de la naturaleza y saborear, con cada sorbo, el alma misma de la tierra? Esta es la esencia de lo que amamos profundamente hoy. En esos pequeños destellos de grandeza es donde la vida cobra su máximo esplendor.